El dos de septiembre, decían unos avisos pegados en el vidrio trasero de algunos taxis, era la fecha para la protesta contra el alcalde de Sabaneta.
Y si, el dos de septiembre arranque para la parte sur del Valle del Aburra.
Allá, en la glorieta de Alma Llanera, estaban reunidos muchos amarillos. Dejamos la moto lejos y comenzamos a caminar. Mientras caminábamos íbamos sintiendo los porqués de la protesta.
Yo asisto, o estoy asistiendo a las protestas, porque me parece que viviendo en un pueblo, y en una nación que a sus ciudadanos no les importa nada, ver tan siquiera a más de dos personas protestando y gritando sus derechos es un acto de admiración.
Muchas cámaras. El periodismo tenía la oportunidad de grabar y reportar el acontecimiento del día. Yo era el único con un a camarita, yo era el único vloguero. Por eso me pude meterme hasta las narices de la protesta. Los taxistas me respetaron, hablamos, nos indignamos, nos reímos, y también, estábamos, en muchas cosas, en total desacuerdo.
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