Fui ciclista. Infantil, y corrí mi mayor parte de la carrera en Cross, pero fui un semiganador. Era mi más prometedora opción de hacer una vida en el deporte de alto rendimiento. Me retire porque no aguantaba los 17 a 20 kilómetros diarios de ruta y pista, para luego ir a estudiar. No entreno más, dije. Y hasta ese día.
Escuche en el radio el Giro de Italia, el Tour de Francia, la vuelta a España, a Colombia, al Tachira, al Oriente, etc, etc, etc.
Es un deporte maravilloso, de los más duros que existen.
Y, es el colmo, hasta la fecha nunca había asistido a una noche de ciclismo de pista. Entonces decidí bajar con Ana María las 5 cuadras que separan la empresa del velódromo y, entramos un viernes a ver el Caracol de Pista.
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